14 de febrero de 2011

Matanza de inocentes: Dolor, Impotencia, Miedo, Indignación...

* Ayer fueron sepultados los hermanos Edgardo y Gerardo Villegas, en Sentispac; hoy se haría lo propio con los restos de Cipriano Abraham González, tres jóvenes deportistas asesinados por confusión.

“Los conocí desde que nacieron, los ví crecer y eran muchachos ejemplares, dedicados al trabajo, al deporte. Organizaban juegos, jalaban con ellos a los más jóvenes. Esa era su vida. No se imagina el dolor que estamos viviendo, no se imagina cómo están sus padres, deshechos. En Sentispac hay indignación, se siente una impotencia”…

Así habla una señora de Sentispac, municipio de Santiago Ixcuintla, en torno al asesinato que sufrieron los hermanos Edgardo y Gerardo Villegas Alaniz, de 31 y 26 años de edad, respectivamente, y Cipriano Abraham González Magaña, de 19 años, registrado la noche del viernes 11, en la carretera internacional 15, al ser atacados a balazos mientras viajaban en un automóvil marca Honda.

Los tres regresaban de Tuxpan, a donde fueron a jugar un partido de basquetbol.

Edgardo era maestro de la secundaria Heriberto Jara, precisamente en Tuxpan; Gerardo acababa de terminar una licenciatura en informática, mientras que Cipriano Abraham estudiaba para maestro y sus amigos lo conocían como “El Apache”.

Fuentes de policía consideran que los tres jóvenes fueron confundidos por un comando de matones, en una zona donde había habido tiroteos previos. Al mediodía del mismo viernes, en el crucero de Peñas, municipio de Tuxpan, se produjo un primer ataque a balazos en el que fallecieron tres sujetos.


“NO SE METÍAN CON NADIE”

Los festejos por el inicio del carnaval fueron suspendidos en el citado pueblo entre sábado y lunes.

Los hermanos Villegas Alaniz fueron sepultados ayer, en la misma tumba, en el panteón de Sentispac, y este lunes se haría lo propio con el cuerpo de González Magaña, hijo del maestro Cipriano González, de la secundaria técnica de Sentispac.

El homicidio de los jóvenes deportistas ha calado fuerte al conocerse que se trata de víctimas inocentes de una guerra que libran organizaciones del crimen organizado.

Localizada por teléfono, la señora con quien habló este reportero sigue contando:

“El viernes en la mañana, la familia Villegas estuvo trabajando en la trilla del frijol, en la cosecha, y por la tarde los dos hermanos y Cipriano se fueron a jugar a Tuxpan…la trágica noticia aquí se supo como a media noche. El pueblo está consternado, indignado, eran jóvenes deportistas, eran gente de respeto, de buenas familias, no se metían con nadie…

“Anoche dormí como una hora y cuando desperté quería imaginarme que había vivido una pesadilla, que no era cierto lo que ocurrió.

“¡Pasa esto y nadie hace nada!, ¿cómo que ahí quedó?. ¿Quién hace esto?, gente sin corazón, sin escrúpulos, ¿a quién culpar?…

“Al velorio y el sepelio vino mucha gente. Sus familiares, sus amigos. Un maestro, compañero de Edgardo, nos dijo: ‘vengo a ver si es cierto porque no puedo creerlo. Ayer estuvo con nosotros en Tuxpan…

“Tenemos miedo. Nos sentimos solos, no hay seguridad, el lugar en que antes vivimos se perdió y que Dios nos cuide a todos”…

ÓSCAR VERDÍN CAMACHO/relatosnayarit

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