EN AMAPA SE LLEVAN SARTAS Y SACOS DE FRIJOL!

Las Fiestas del Señor San José, en el poblado de Amapa, son el pretexto que requieren jóvenes para asaltar galeras y chapiles; sustrayendo las sartas que se encuentran colgadas al sol para su secado o en chapiles para su curado óptimo.

Prueba de lo anterior, es la denuncia que hiciera una persona del sexo masculino -la mañana de ayer al noticiero del Licenciado Narváez-, donde solicitó indignado la presencia de la policía municipal y judicial a fin de que realizaran recorridos nocturnos por bordos y callejones a fin de espantar a los malandros, que por las noches toman por asalto nuestras galeras y chapiles.
El denunciante agregó que a él, le habían robado 300 sartas que tenía en galera, y que hubo quien observó cómo la camioneta donde llevaban la preciada carga -que para él y su familia representa el esfuerzo de horas y horas- enfilaba rumbo al poblado de Patroneño. Yendo más allá, al asegurar que mientras que haya compradores habrá ratas; y no precisamente de campo, sino de dos patas, y que para eso recomendaba que los policías ya sean municipales o judiciales encaminen sus pesquisas a los sitios en donde se señala que viven quienes compran las sartas, ya que finalmente son los que compran las sartas robadas los que provocan que haya ladrones.

En el mismo tenor deben de andar los policías vigilando los centros de acopio de fríjol, ya que son decenas de personas los que aun sacándole la vuelta a los cobradores mantienen parte de sus cosechas en casa y que los ladrones les velan el sueño para robarles uno o dos costales de fríjol; mismo que de inmediato acuden a vender con personas inescrupulosas que adquieren el grano, pagando la mitad de lo que realidad cuesta el llamado alimento básico.
Por todo lo anterior, es necesario que la policía se ponga las pilas a la voz de ya ya que las fiestas ejidales -en honor al Santo Patrón de Amapa, el señor San José- son el elemental pretexto para que se desate la robadera de sartas y costales de fríjol. Como ocurrió con el denunciante, al que le robaron 300 sartas; precisamente el día de rompimiento de la fiesta ejidal, o sea el pasado sábado.